Pronunciamiento de la Red Nacional de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra: Las
mujeres de las comunidades indígena originarias, articuladas en la Red
Nacional de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra, hacemos conocer
nuestro rechazo a la actitud tolerante de las autoridades frente a la
contaminación minera, siendo que a la fecha han ocurrido varios casos
que no han merecido una sanción y al contrario se está permitiendo la
impunidad de quienes por su irresponsabilidad dañan a nuestra Madre
Tierra.
En
los últimos días se ha producido la rotura del dique de colas de alta
contaminación de la Empresa Minera Santiago Apóstol en la localidad
potosina de Canutillos, en el municipio de Tacobamba, conforme a
informes de autoridades ambientales se estaría afectando a 26
comunidades de 9 municipios de Chuquisaca con niveles superiores a los
límites permisibles en compuestos como sodio, manganeso, hierro, cromo
entre otros y que ponen en riesgo la salud de las poblaciones, el
ingreso de las aguas a la cuenca del Pilcomayo agrava su nivel de
contaminación y pone en peligro a centenares de habitantes de Potosí y
Tarija. Y de forma consciente las autoridades reconocen que no hay
controles de los diques de colas.
Cabe
recordar que desde la pasada semana comunarios de Vitichi, Caiza D,
Chaquí y Puna pertenecientes a 4 municipios de Potosi realizaron
acciones de incidencia para la defensa del agua con un bloqueo de
caminos exigiendo “cero” contaminación minera y la reacción de las
autoridades fue arrestar a sus dirigentes y reprimir policialmente a
quienes se defienden contra la contaminación.
tro
caso, que no ha recibido atención es la fuga de sulfatos por la rotura
de una tubería que lleva sustancias químicas al dique de colas de la
planta de cobre de la empresa minera Corocoro, causando la contaminación
del río Huaychuni con sulfatos, siendo que la única acción de las
autoridades ante esa denuncia fue el compromiso de monitoreo y
declaraciones minimizando los posibles daños en las poblaciones
afectadas.Podemos citar tambiénlas descargas directas de los desechos de
la empresa minera Huanuni al río Huanuni que en su recorrido ingresa al
lago Poopó sin ningún tratamiento, o los muchos incidentes de empresas
transnacionales que no son reportados.
Pero
lo que más indigna es, que quienes están pagando los costos de la
contaminación minera son nuestras comunidades, nuestras familias,porque
hasta ahora no vemos que se sancione a los contaminadores, ni siquiera
que se ordene la paralización de las actividades contaminantes. Somos la
mujeres, quienes una vez más debemos cargar con el costo y los impactos
de la contaminación minera; ya que a diario tenemos que ir en busca de
agua limpia, vivir el estrés por la contaminación del agua, su escasez,
los riesgos en el consumo de alimentos con presencia de contaminantes en
nuestras familias, los impactos de bajos rendimientos en la producción
agropecuaria, los problemas en la salud de la familia, el despojo de
nuestras tierras vulnerando nuestros derechos como mujeres. Todo eso
constituye en una forma de violencia medioambiental contra la mujer, que
goza de impunidad y tolerancia desde el Estado y los operadores
mineros.
Por estas razonesnos
sumamos a las demandas de cero contaminación minera y pedimos a las
autoridades que se pongan del lado de las poblaciones afectadas y no a
justificar a las empresas mineras.
Basta de minimizar los accidentes ambientales mineros y los costos ambientales.
Rechazamos
la represión policial y la criminalización de quienes defendemos la
madre tierra y le hacemos frente a la contaminación.
Exigimos
sanciones inmediatas a las empresas contaminantes, basta de tanta
irresponsabilidad, es hora de hacer cumplir las leyes, la
ConstituciónPolítica del Estado, ley de Medio Ambiente, y los Derechos
de la madre Tierra.
Bolivia, 14 de julio de 2014
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